Así se hizo #YoNoSoyTrapacero

 In Estereotipos, Imagen social, Prejuicios

La última versión del diccionario de la Real Academia de la Lengua modificó las acepciones del término “Gitano,na”. Se eliminó la 4ª: “que estafa u obra con engaño” y se introdujo una 5ª: “trapacero” (que con astucias, falsedades y mentiras procura engañar a alguien en un asunto). Este cambio, fue criticado durante por el mundo asociativo gitano.
El pasado 8 de abril, Día Internacional del Pueblo Gitano, las entidades del Consejo Estatal del Pueblo Gitano, a través del programa IRPF-Sensibilización e Igualdad de Trato, que gestionamos en la Fundación Secretariado Gitano, decidimos lanzar la acción de sensibilización #YoNoSoyTrapacero #YoNoSoyTrapacera. No sólo como respuesta a ese cambio en el diccionario sino como manera de simbolizar la discriminación a la comunidad gitana, una discriminación que en este caso se visibiliza a través de un lenguaje que refuerza estereotipos negativos y prejuicios.
Además de denunciar la discriminación, queríamos idear una acción que llegara al gran público y aprovechar para hacer pensar sobre el estigma que sigue soportando la comunidad gitana. ¿Qué mejor que visibilizarlo en niños y niñas a través de un spot? Así nació la idea. Tras organizar un concurso, comenzamos a trabajar con la agencia Implícate.org en la línea del “género experimento”, grabando en estilo documental a niñas y niños gitanos para captar su espontaneidad al descubrir los significados de “Gitano,na” en el diccionario. Éramos conscientes de que el resultado sería potente. Sesiones de fotos, casting, grabación… el trabajo previo con los niños y niñas y sus familias ya nos indicaba que saldrían buenas piezas.

Además de spot, creamos un cartel, chapas, marcapáginas y octavillas, que se han distribuido entre instituciones y entidades sociales de toda España y que iban explicando un poco más y en diferentes formatos el mensaje de la campaña. Compartían un lema: “Una definición discriminatoria genera discriminación”. Reforzábamos así la idea de que el lenguaje no es inocente, y el diccionario no es sólo un reflejo de la realidad, sino que puede oficializar los estereotipos sobre las personas gitanas. Enviamos también el material a los académicos de la RAE, con una carta exponiendo las razones que motivaban esta acción de sensibilización.
Una estrategia muy planificada en redes sociales desde el mismo día 8 de abril convirtió el vídeo en una pieza viral. La etiqueta #YoNoSoyTrapacero (que también se usó en femenino #YoNoSoyTrapacera) fue tendencia durante más de cinco horas ese día; se creó una ciberacción para animar a que la gente se sumara a la causa de #YoNoSoyTrapacero. Las redes hablaban de la acción, el vídeo se compartía masivamente en Youtube y Facebook, nos llegaban fotos de gitanos y no gitanos uniéndose a la campaña… Los medios de comunicación se hacían eco del lanzamiento, con piezas en los principales informativos de televisión, incluso con eco en prensa internacional (en este Dossier se puede consultar el impacto de la campaña y conocer la campaña al detalle).
Habíamos logrado el objetivo, que la sociedad pensara sobre los efectos de un lenguaje cargado de prejuicios contra las personas gitanas.

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